domingo, 7 de abril de 2013

¿Ordenó Pinochet asesinar a Pablo Neruda?

Los trabajos preparatorios para la exhumación del cuerpo de Pablo Neruda comienzan este domingo con el fin de extraer el lunes los restos del poeta chileno en Isla Negra y poder someterlos a análisis con el fin de determinar si falleció de cáncer o fue asesinado por la dictadura de Pinochet el 23 de septiembre de 1973, días después del golpe militar.

Las labores de movimiento de tierra se llevarán a cabo durante el día de hoy en la casa-museo de Isla Negra, una localidad situada a 100 kilómetros al oeste de Santiago, donde reposan los restos del premio Nobel de literaturajunto a los de su tercera esposa, Matilde Urrutia. Sus tumbas se encuentran, mirando al océano Pacífico, en el jardín de la casa-museo, que cada año recibe miles de visitas y que cerrará sus puertas este domingo por la tarde, de forma excepcional, y también, como es habitual, el lunes.

Para la exhumación se instalará una carpa y se utilizarán trajes especiales ante la posible presencia de sustancias tóxicas. Las labores se llevaran a cabo por un equipo multidisciplinar de forenses chilenos y extranjeros: cinco expertos del estatal Servicio Médico Legal, cuatro peritos de la Universidad de Chile y cuatro expertos internacionales. Entre ellos se encuentran la toxicóloga estadounidense Ruth Winecker y tres españoles, el toxicólogo Guillermo Repetto, el cirujano Aurelio Luna y el médico forense Francisco Etxeberría, que también participó en 2011 en la exhumación del presidente chileno Salvador Allende.

Habrá, además, tres observadores internacionales, y estarán presentes el presidente del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier; el abogado de esa formación, Eduardo Contreras; un sobrino del poeta, Rodolfo Reyes, y el antiguo chófer de Neruda, Manuel Araya. Fue precisamente Araya quien en 2011 planteó por primera vez en una entrevista la posibilidad de que Neruda pudo ser asesinado, lo que llevó al Partido Comunista, al que el poeta pertenecía, a presentar en mayo de ese año una querella que dio pie a la investigación judicial.
El chófer del poeta, el más escéptico

Tras practicar diversas diligencias, el juez Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, decidió en febrero que habría que desenterrar los restos del autor de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" para esclarecer las causas de su muerte. Según la versión oficial, Neruda falleció en una clínica privada de Santiago el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet (1973-1990), debido al cáncer de próstata que padecía desde hacía años.

Sin embargo, Manuel Araya sostiene que su muerte se debió a una inyección que le pusieron ese mismo día, en vísperas de un viaje que le debería haber llevado al exilio a México, donde se podría haber convertido en un azote para el régimen militar. Neruda "era una figura muy peligrosa para Pinochet por todo el prestigio internacional que tenía", manifestó Araya, que ahora reside en la localidad costera de San Antonio, a pocos kilómetros de Isla Negra. El chófer asegura que el poeta había aceptado el refugio que le ofreció México tras el golpe y se aprestaba a viajar a ese país para involucrarse activamente en la lucha política contra el régimen.

El antiguo chófer del poeta Pablo Neruda, Manuel Araya, ha criticado el equipo forense elegido para participar en la exhumación del premio nobel de literatura, aunque otros actores involucrados en este proceso desestimaron sus observaciones. Araya asegura que el juez Carroza "vetó al equipo de peritos propuestos por la familia de Pablo Neruda, representada por su sobrino Rodolfo Reyes, y por el PC, representado por Eduardo Contreras". Sin embargo, Contreras indicó que no comparte el contenido de ese texto y que el PC contará con la perito Gloria Ramírez durante la exhumación y con el neurólogo y psiquiatra Luis Fornazzari y el genetista Cristián Orrego durante los exámenes posteriores. El letrado sí coincidió con Manuel Araya en que el juez debería haber aceptado, a propuesta de la familia del poeta, la presencia del perito tanatólogo Luis Ravanal, que en 2008 se hizo conocido por difundir un informe sobre la muerte en 1973 de Salvador Allende.

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