Los cables desclasificados de Kissinger compilados por WikiLeaks y a los que Público ha tenido acceso ponen en evidencia que el Borbón ordenó al conde de Motrico, José María de Areilza, ponerse en contacto el 23 de octubre de 1975 con Wells Stabler, embajador de EEUU en Madrid, para informarle de que, dada la crítica situación de Franco, se había decidido forzar al dictador a traspasarle el poder de inmediato.
Stabler, diplomático hiperactivo desde su llegada a España a principios de 1975, escribe rápidamente al Departamento de Estado que dirigía Henry Kissinger: "El príncipe Juan Carlos acaba de enviarme el siguiente mensaje a través del conde de Motrico [...] Franco ha sufrido otro ataque al corazón [El tercero desde el 16 de octubre]. A las 14.00 horas de esta tarde el yerno de Franco fue a ver al príncipe para informarle del último ataque, de que su situación médica es ahora irreversible y de que Franco vivirá por muy poco tiempo. Villaverde también le dijo al príncipe que el deseo de la familia ahora es que se induzca a Franco a retirarse y ceder el poder a Juan Carlos como rey de España".
Última hora sobre Franco
En ese texto, clasificado como ‘secreto', Stabler deja constancia cómo Villaverde y el príncipeplanificaron juntos de manera muy minuciosa lo que preveían que fuesen las últimas horas de Franco. "A las 20.00 horas se realizará un nuevo examen médico para evaluar la salud de Franco. A continuación, Villaverde y otros dos doctores informarán a Franco de que su condición requiere que renuncie a su cargo como jefe del Estado", reza el cable.
El rey prometió a Stabler mantenerle informado en todo momento sobre la salud del dictador
Una vez que el dictador supiera que se iba a morir llegaría el momento de la presión familiar. Su hija, Carmen Franco, se encargaría de "recordarle que tiene todo su apoyo incondicional", pero que "por el bien de todos, debería retirarse". Esto denota un giro radical en el posicionamiento que hasta entonces tenían los más cercanos a Franco con respecto a su estado de salud ya que horas antes Stabler había escrito a Washington informando a Kissinger de que la familia estaba ocultando al dictador cuál era su verdadera situación.
El diplomático cita como confidente en un cable marcado como ‘confidencial' a Alfonso Osorio, antiguo responsable del régimen y fundador de la asociación cristianodemócrata, quien además de confirmar los tres infartos, aseguró a un oficial de la embajada que Franco no sabía nada de lo que le estaba pasando ya que la familia "no le dejaba ver los informes médicos y le habían convencido de que lo que tenía no era más que un ataque de gripe muy fuerte".
El caudillo, según este cable, "respondió airadamente a [Carlos] Arias Navarro [el primer ministro] cuando este le sugirió que debería de ceder de manera temporal el poder" al príncipe, y "dijo que pretendía presidir el Consejo de Ministros del día 24".
En cualquier caso, el siguiente paso del plan trazado por el yerno del dictador y Juan Carlos, era que Arias Navarro; Alejandro Rodríguez de Valcárcel, el presidente de las Cortes y del Consejo de Regencia; y tres ministros del Ejército -cuya identidad no aparece en el cable-, irían entonces a ver a Franco "y presionarle para que firme un documento de renuncia y traspaso de poderes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario