sábado, 23 de febrero de 2013

Alberto Garzón: "Hay que formatear las actuales instituciones del Estado"

En un país donde la norma es que el paro juvenil supere el 50%, Alberto Garzón, de 27 años, es una notabilísima excepción. Diputado de IU por Málaga en el Congreso de los Diputados, este joven economista, curtido en los movimientos sociales desde hace años,saltó a la primera línea política al calor del 15-My desde entonces no ha parado: además de su actividad como diputado, Garzón escribe libros y participa en charlas, conferencias y actos por todo el país. Estos días está presentando La gran estafa (Editorial Destino), su segundo libro en solitario en menos de un año.



En el epílogo de su libro afirma que hace mucho tiempo que ya nadie le pregunta cuándo acabará la crisis. Quizá la pregunta sea si la crisis acabará algún día y, sobre todo, en qué condiciones saldremos de ella.

Es verdad, la gente me preguntaba mucho al principio de la crisis cuando acabaría. Quien hacía esa pregunta veía la crisis como un accidente, una cuestión temporal y azarosa que terminaría pasando. Pensaba que luego podría seguir con su vida normal. Pero eso ya no ocurre: la gente ha interiorizado que esta crisis está aquí para quedarse y que es estructural. Es cierto que tarde o temprano saldremos de ella, pero lo que no está tan claro es en qué condiciones, efectivamente, y de qué forma. Ahora mismo la preocupación de la ciudadanía no es tanto salir, sino cómo sobrevivir hasta la salida.

Ahora vamos al título: La gran estafa. Contundente.

Hablamos de la gran estafa porque la ciudadanía es consciente de que está siendo robada, estafada y saqueada. Los ciudadanos notan que trabajan más por menos salario, que incluso pierden el trabajo y la vivienda. Sienten que viven peor que sus padres y que ya no pueden esperar que sus hijos vayan a vivir mejor que ellos. En el libro intento explicar cómo el funcionamiento del propio sistema capitalista va carcomiendo los espacios públicos como la sanidad y la educación. Esta crisis es una forma de empobrecer a la mayoría y enriquecer a una minoría. Además, en el relato construido oficialmente en torno a la crisis se intenta culpar a sectores que en absoluto tienen esa responsabilidad, como son los hogares y las familias.

¿Se podría haber evitado la crisis?

No podemos olvidar que estamos en un sistema capitalista y que las crisis son un recurrente en este sistema económico. Pero hay diferentes formas de gestionar la crisis y hay diferentes formas de darle salida. Las alternativas eran múltiples: o bien moderar el impacto de la crisis o bien romper con el capitalismo. Lo que sí se podría haber evitado era hacer recaer todo el coste de la crisis sobre la mayoría de la población. Ahora estamos viendo otra vuelta de tuerca que tarde o temprano nos conducirá a una crisis mayor; de hecho, yo creo que ya estamos abocados a esa crisis mayor.

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