viernes, 18 de enero de 2013

Las dimensiones inconmensurables de la infamia y la “oposición” venezolana


Israel Centeno es un escritor venezolano que ha publicado varias novelas en Alfaguara e incluso, si no ando errado, ha sido premiado en alguna ocasión por el mismo grupo editorial.
En la mañana del 15 de enero se destapó con un artículo, con el muy afable, cariñoso, “culto” y objetivo título: ”Venezuela postorwelliana”, que por supuesto también merece ser premiado y ubicado en lugar destacadísimo de la historia universal de la infamia periodística.

No, no es una exageración, no es rabia. Veamos sucintamente algunas de las muy-sesudas reflexiones y documentadas informaciones del señor Centeno, de nombre Israel.

Los compases iniciales son de literato con pretensiones y mucha mala baba: “Una realidad ultra analizada reverbera y genera toda clase de sonidos; una bulla con pocas posibilidades de articulación armoniosa de algo cierto”. Tocados y hundidos.
Sigue: “La enfermedad y la muerte son temas comunes a nuestra naturaleza, pero leerlas dentro del contexto venezolano, determinado por el caudillismo y las tensiones que produce la polarización política, impone una mirada desaprensiva. La consigna girada desde el mando político de la revolución pareciera ser, siembra el rumor especulativo para cosechar victorias”. Lo del caudillismo, leído aquí, en España, donde hemos sufrido durante más 40 años el criminal caudillaje del Caudillo, el general africanista, Francisco Franco, hace encender todas las alarmas de la indignación.

Se tienen muchas lecturas sobre enfermedad del comandante-presidente, prosigue don Israel con guión nada inocente. Sus posibles consecuencias y el desenlace de la condición que lo aqueja, señala, “determinan la bitácora de la dialéctica política con las más variadas interpretaciones; cada una pareciera más creativa que la anterior; desproporcionadas, distantes, irónicas, sarcásticas; se ha apelado a todas las figuras retóricas, a los guiños y al fastidio de un lenguaje oscilante y recurrente para tratar el meollo de la situación”. ¿Cuál situación? ¿Cuál enfermedad?, pregunta, ¿qué verdad -¡qué verdad, pregunta!- estamos buscando? ¿Qué verdad busca con Israel? Quienes siguen el tema de la santificación de Hugo Chávez, señala el escritor premiado con este desprecio insoportable de las élites, “navegan sobre todas las contradicciones contempladas por el materialismo dialéctico —paradoja—“. ¿Sabrá el autor de Calletania de qué está hablando exactamente? ¿A qué contradicciones contempladas por el diamat se refiere? La verdad, asegura, aprovechando que Caracas empieza por C y Santos gobierna en Colombia, “es un extravío más cercano al chiste morboso que a los hechos”. Lo dice don Israel. Punto y aparte.

Artículo completo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162433

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