lunes, 31 de diciembre de 2012

El escandaloso mundo de la educación privada

Gutenberg Martínez es el máximo operador político de la Democracia Cristiana (DC) de Chile, el partido mayoritario de la coalición que gobernó el país hasta 2010. Ex diputado, nunca ha ocupado un cargo de gobierno y sin embargo es el hacedor de reyes de su colectividad; su esposa, Soledad Alvear, fue la carta que la DC puso sobre la mesa en 2005 para intentar frustrar la candidatura presidencial de Michelle Bachelet y evitarse la humillación de ver a otro socialista sucediendo a Ricardo Lagos en el palacio de La Moneda. A su vez, Alvear fue canciller del gobierno de Lagos y tuvo un papel principal en el apresurado apoyo que Chile dio al golpe de 2002 contra el presidente venezolano Hugo Chávez, mientras la mayoría de los países latinoamericanos mantenía distancia ante los golpistas. Por esas coincidencias de la vida, Gutenberg Martínez era entonces el presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, dominada por partidos conservadores y de sesgo anticomunista, y tenía muy buenos vínculos con el partido Social Cristiano de Venezuela, cuyas corrupción e ineficiencia en el gobierno abrieron el camino para el advenimiento de Chávez. Desde esa época, la DC chilena ha criticado sin tregua al chavismo, logrando incluso declaraciones del parlamento de Chile que son rayanas en la intervención en los asuntos internos de Venezuela. En su otra vida, Gutenberg Martínez es el fundador, rector e integrante del directorio de la Universidad Miguel de Cervantes, una de las decenas de universidades privadas que se crearon, y se siguen creando, bajo las leyes impuestas por la dictadura para desarticular el sistema universitario estatal chileno. Uno de sus socios en ese proyecto fue Ángel Maulén, también figura de la DC y subsecretario de Economía entre 1995 y 1996, durante el gobierno de Eduardo Frei. Maulén, que en 2006 se lanzó por cuenta propia para crear la Universidad Pedro de Valdivia, está actualmente procesado por cinco delitos de cohecho y lavado de activos, en un escándalo que abarca esa y otras universidades, además de la Comisión Nacional de Acreditación, el órgano encargado de certificar la viabilidad de las instituciones de educación superior.

Artículo completo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=161507

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