sábado, 18 de mayo de 2013

Relixión sobe de categoría na escola e contará para obter bolsas


En el 2007, si mal no recuerdo, tuve que viajar unos días de Barcelona a París por motivos laborales. En el vuelo de vuelta se sentó a mi lado, en la ventanilla, un chico con apariencia de prospección social humilde. Justo antes del despegue este acompañante me hizo un gesto simpático invitándome a mirar al exterior: una liebre paseaba tranquilamente por la pista.


A partir de ahí intenté entablar comunicación con mi nuevo y afable amigo. Era brasileño, así que opté por usar mi idioma materno, el gallego. No dejamos de conversar en el corto viaje. El chico provenía de un estado del interior de Brasil y llevaba ya muchas horas de periplo, puesto que había salido de su región a una ciudad internacional brasileña y de ahí para París, y de París para Barcelona, mediante transbordos. Era la primera vez que salía de Brasil y sólo hablaba portugués. Me dijo que iba a Barcelona de visita a ver a unos amigos, pero me pareció evidente que venía para quedarse, como tantas personas inmigrantes, en aquel tiempo de vacas falsamente engordadas. En el aeropuerto le ayudé a recoger las maletas y lo “entregué” a unos compatriotas que lo estaban esperando.

Algunos gallegos aún piensan que el idioma de Rosalía no es un instrumento útil, que es una cosa de andar por casa. A mí me sirvió para comunicarme con una persona de otro continente y, además, ciudadano de una potencia emergente. Al margen de lo que se pueda considerar de una sociedad dónde hay personas con tan poca estima por lo propio, el argumento de que el idioma gallego no es útil ya no vale, valga la paradoja. El gallego nos abre la puerta con ventaja competitiva y comparativa al espacio global de la lusofonía.

Noticia completa: http://mundiario.com/blog/2013/05/17/un-gallego-tiene-la-ventaja-de-hablar-los-dos-idiomas-latinos-realmente-globales/

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