martes, 26 de febrero de 2013

La admirable y tenaz lucha de los trabajadores y trabajadoras de Telefónica


Vuelven a la carga, de nuevo una huelga de hambre (en principio, hasta el final del Congreso de Móviles) en una ciudad cuyas clases dirigentes (la hotelera de manera destacada) y las fuerzas políticas que dirigen el Ayuntamiento de la “botiga més gran del món” están cada día más al servicio de los grandes negocios, de la voluntad, deseos y necesidades de las grandes corporaciones y sus máximo ejecutivos y, por supuesto, de sus propios intereses de acumulación insaciable.


Los compañeros “telefónicos” realizaron una huelga de hambre hace apenas tres meses. Conmovieron a las clases trabajadores de Catalunya, de toda España, a toda la ciudadanía crítica y no entregada. Obligaron, en plena campaña electoral centrada en temas identitarios y de supuesta independencia política, a hablar con claridad de lo que no tocaba hablar: de las agresiones a las clases trabajadoras, del golpe de estado permanente del capital y sus secuaces.

El 23 de febrero, mejor día imposible, a partir de las 14 h, un grupo trabajadores de Telefónica iniciaron otra huelga de hambre que sigue teniendo como objetivo la readmisión del compañero Marcos Andrés Armenteros, injustamente despedido por la aplicación de esas infames agresiones a los ciudadanos-trabajadores a las que impúdicamente llaman “reformas laborales”. En “el grupo de los 15” participan, trabajadoras de Barcelona, de Euskal Herria, de Valencia, trabajadores de contratas y subcontratas de Telefónica, y algunas compañeras prejubiladas recientemente. Cuentan con el apoyo de En Construcción, CGT y CoBAS. De otros sindicatos se sabe poco y lo que se sabe no abona ningún entusiasmo.

Dos trabajadores de autobuses de TMB se sumarán a la huelga a partir de hoy lunes, 26 de febrero, la fecha del inicio del Congreso de Móviles: el ex presidente del Comité de Empresa, Saturnino Mercader, y Andreu de Cabo, un trabajador despedido que recientemente “ha ganado un nulo en el juicio a la empresa” [2], por lo que debería ser readmitido inmediatamente. La finalidad es loable: solidarizarse con la lucha por la readmisión de Marcos a partir del triunfo de los trabajadores de TMB. De paso, “denunciar la política antisindical y de despilfarro de la dirección de una empresa pública, que no escatima en gastar el dinero de la ciudadanía en procesos judiciales innecesarios”.

Noticia completa: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=164382

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