viernes, 15 de febrero de 2013

Del ‘no a la guerra’ a la indignación global. Diez años no son nada

Esther Vivas
Periodista y activista

Se cumplen diez años del “no a la guerra” en Irak. La jornada de protesta global antiguerra del 15 de febrero (15F) de 2003, que logró sacar a la calle entre 8 y 13 millones de personas en todo el mundo, celebra hoy una década. The New York Times llegó a decir, a raíz de dicha movilización, que “existen dos superpotencias en el planeta, los Estados Unidos y la opinión pública mundial”. Pero, ¿qué ha quedado de todo aquello? ¿Qué consiguieron quienes se manifestaron masivamente en más de 800 ciudades? ¿Qué diferencias y semejanzas encontramos entre esas protestas y las actuales? Aquí, algunas respuestas.

El 15F fue la manifestación internacional más grande de la historia. Ese día millones de personas se hicieron oír de una punta a la otra del planeta para expresar su rechazo a la inminente invasión de Irak. Las marchas más importantes tuvieron lugar en los países con gobiernos favorables a la guerra: tres millones de manifestantes en Roma, dos en Londres, millón y medio en Madrid y Barcelona respectivamente, y marchas en Chicago, Los Ángeles, Nueva York, entre otras 150 ciudades estadounidenses. El 15F demostró la capacidad de los movimientos sociales para llevar a cabo acciones coordinadas a escala internacional con un fuerte impacto político, social y mediático.

Antiglobalización, antiguerra y antiPP

Unas protestas que no pueden entenderse sin el auge, unos pocos años antes, del movimiento antiglobalización y la dinámica de los foros sociales, y en concreto del Foro Social Europeo y el Foro Social Mundial de donde salió dicha convocatoria. El movimiento antiglobalización, que emergió públicamente a partir de las protestas en Seattle contra la ronda del milenio de la Organización Mundial del Comercio, mutó, a partir del año 2003 y en la medida en que la estrategia de “guerra global contra el terrorismo” de George W. Bush se afianzaba, en antiguerra.

En el Estado español la movilización del 15F fue tan contundente, 5 millones de personas salieron a la calle en 55 ciudades, que incluso George Bush padre llegó a afirmar que la política exterior de Estados Unidos no vendría determinada por las protestas en Barcelona. Acciones, manifestaciones, cadenas humanas, ocupaciones y centenares de actividades se sucedieron de febrero a abril del 2003 en una protesta masiva contra el apoyo incondicional del gobierno de José M. Aznar a la guerra en Irak.

Pero dichas protestas no sólo expresaban un malestar social generalizado por la política exterior del gobierno del Partido Popular (PP) sino, también, y en primer lugar, un gran descontento por sus medidas reaccionarias y antisociales, que se manifestaba en multitud de campañas y luchas específicas que, en ese período llevaron a cabo importantes movilizaciones: contra el Plan Hidrológico Nacional, el Prestige, la LOU, la Ley de extranjería, o la Huelga General contra el decretazo.

Y en segundo lugar, un malestar fruto, asimismo, del talante autoritario y prepotente de su presidente José M. Aznar, después de siete años en el Gobierno y, especialmente, en los últimos tres de mayoría absoluta, y que tuvo su máxima expresión con el apoyo a la guerra en Irak con un 90% de la opinión pública en contra. Estos “ingredientes” fueron determinantes para la emergencia de un movimiento antiguerra y unas protestas tan masivas como las que, entonces, tuvieron lugar.

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