jueves, 7 de febrero de 2013

Bárcenas niega todo y obliga al fiscal a mirar hacia los supuestos donantes


Luis Bárcenas siguió el guión establecido ante el fiscal anticorrupción y negó la existencia de una contabilidad paralela en el PP. Incluso se sometió a una prueba caligráfica para demostrar que no es su letra la que aparece en los documentos. Ahora, el ministerio público mira hacia los empresarios que, supuestamente, efectuaron los donativos. Ellos podrían ser la clave para que la investigación siga el camino de la trama Gürtel y termine en la Audiencia Nacional.

Casi tres horas de explicaciones para insistir en la misma tesis. Luis Bárcenas, citado ayer por la Fiscalía Anticorrupción, negó la existencia de una contabilidad paralela en el PP y la veracidad de los papeles filtrados por «El País». Sin embargo, la investigación avanza. El diario de Prisa aseguraba ayer que el Ministerio Público llamará a testificar a los 15 empresarios que aparecen en estos documentos como donantes. Se trata de uno de los recursos con las que cuenta Antonio Romeral, fiscal a cargo del caso, para determinar si existe delito. En ese caso, remitiría el expediente a la Audiencia Nacional española, donde ya se investigan, por separado, las cuentas en Suiza de Bárcenas y la trama Gürtel, relacionada con la supuesta financiación ilegal de Génova. La clave está, precisamente, en los empresarios que supuestamente entregaron fondos al PP. Por una parte, porque si las cuentas son ciertas, revelaría que Génova quebrantó la ley de financiación de partidos políticos, ya que las sumas son muy superiores al máximo establecido. Por otra, por la posibilidad, mucho más difícil de demostrar, de que existiese cohecho, es decir, que obtuvieron ventajas a cambio de fondos.

Por el momento, solo miembros del PP están desfilando por la fiscalía. Ayer fueron Bárcenas y el exdiputado Jorge Trías, que reconoció públicamente la existencia de los sobresueldos. Este fue el primero en declarar. Apenas una hora tras la cual aseguró haberse limitado a «cumplir con su deber». Aunque la gran expectativa estaba puesta en el antiguo tesorero. A falta de 20 minutos de su cita con el fiscal, fijada a las 12.00, Bárcenas llegaba a la sede de anticorrupción en taxi y en silencio. Ni una declaración. Algún espontáneo le recibió con gritos de «chorizo», «ladrón» y «dónde está mi sobre» pero él, acompañado de su abogado, Alfonso Trallero, se mantuvo impasible. Posteriormente, fuentes cercanas a Bárcenas señalaron a Europa Press que negó la veracidad de los papeles y que se sometió a una prueba caligráfica que determinará si es su letra la que aparece en los textos. Bárcenas acudió como imputado, lo que implica que no está obligado a decir la verdad.

Noticia completa: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=163460

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