martes, 5 de febrero de 2013

340.000 vecinos de la zona norte de Valencia tienen las urgencias médicas a más de 7 kilómetros


El cierre de las urgencias sanitarias nocturnas en pequeños municipios –con el foco ubicado en Castilla-La Mancha- ha soliviantado a buena parte de la opinión pública. Pero en los distritos del norte de Valencia capital y algunos municipios y pedanías del área metropolitana, cerca de 340.000 vecinos llevan dos años con las urgencias médicas a más de 7 kilómetros (en algunos casos, incluso a 10 y 12). Esto ocurre desde que se produjo el desmantelamiento del antiguo Hospital Universitario La Fe, en febrero de 2011, al que estaban adscritos.


La Comisión Cívica para el Retorno del Hospital La Fe a Campanar, que agrupa a vecinos afectados y comerciantes de la zona, surgió como respuesta a la decisión de desmontar el centro hospitalario y reducir sus prestaciones a las urgencias más básicas. Su lucha apunta a un objetivo elemental: que el hospital continúe operativo. Consideran un “despilfarro” que el edificio se abandone y deje degradar, mientras se desatienden las necesidades de una población muy numerosa.

Inaugurado en 1968, el antiguo Hospital Universitario La Fe ha sido, durante décadas, el buque insignia de la sanidad pública valenciana. Para los barrios limítrofes de la zona norte, incluso supuso en su día un catalizador para que floreciera el pequeño comercio. No resulta extraño, por lo demás, que personas con enfermedades crónicas adquirieran viviendas en su día cerca del hospital. Muy cerca este macrocomplejo, al que se puede llegar mediante diez líneas de autobús urbano o metro, también se emplaza la gran superficie comercial de Nuevo Centro y la estación de autobuses de Valencia.

¿Por qué a los vecinos se les ha arrebatado este servicio esencial? A juicio de Matías Alonso, miembro de la plataforma vecinal y persona directamente afectada, “el abandono del hospital de La Fe obedece a una estrategia premeditada; la Conselleria de Sanidad ha permitido que las instalaciones se ensucien y deterioren, y así tener la coartada perfecta para desmantelarlas; pero el edificio se halla en condiciones para continuar funcionando, si existiera voluntad política para ello”.

Pero como no la ha habido, unos 340.000 vecinos han de desplazarse, al quedarse sin urgencias médicas y atención hospitalaria, al otro extremo de la ciudad, a La Nueva Fe, centro hospitalario que se les ha asignado. Para llegar a este hospital, ubicado en la zona sur y de complicado acceso, los vecinos sólo disponen de dos líneas de autobús urbano (ambas con una frecuencia de paso de más de 45 minutos); pagar por un taxi o en el aparcamiento del hospital si se usa el vehículo privado.

Noticia completa: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=163309

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