sábado, 26 de enero de 2013

Los antidisturbios griegos acaban por la fuerza la huelga de metro

El Gobierno griego ha recurrido a la fuerza para acabar con la huelga del metro de Atenas mediante la imposición de una orden de movilización forzosa y la intervención de policías antidisturbios.

Tras nueve días de paro ininterrumpido, los primeros trenes empezaron a salir de las cocheras hacia las 14.15 hora local (12.15 GMT), aunque se espera que no sea hasta bien entrado el fin de semana cuando la circulación se normalice del todo. Durante el fin de semana "la situación se normalizará", ha prometido el portavoz del Gobierno, Simos Kedikoglu, quien defendió la decisión de "aplicar la ley" con medidas forzosas.

En la madrugada, un fuerte dispositivo de agentes antidisturbios desalojó las cocheras del metro, donde se había atrincherado en torno a un centenar de huelguistas. De acuerdo a los medios griegos, al menos dos personas fueron detenidas durante esta operación, duramente criticada no solo por los trabajadores sino también por la oposición de izquierdas. El área alrededor de las cocheras permaneció bloqueada por los agentes, que sólo permitieron la entrada a aquellos empleados con el documento escrito que les obliga a trabajar.

Varios diputados acusaron al Gobierno de aplicar métodos represivos dignos de una dictadura.El principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, acusó al Ejecutivo de haber violado la Constitución al no respetar "la prohibición de todo trabajo forzoso".

El Gobierno dirigido por el conservador Andonis Samarás, sin embargo, justificó esta medida extraordinaria por el "grave daño" que el paro del metro estaba infligiendo a la población y a la economía del país. Para ello recurrió a un decreto ley que permite la aplicación de medidas forzosas en "situaciones repentinas que obstruyan o perturben la vida económica y social del país".

La intervención policial provocó también una fuerte reacción de los propios trabajadores. "No somos asesinos, somos trabajadores", dijo el presidente de la Asociación de Empleados de Metro, Spiros Revithis. En torno al 60% de los 2.500 trabajadores del metro que debían recibir una orden de movilización forzosa la había recibido hasta el mediodía, indicaron fuentes de la empresa gestora de metro a la televisión pública NET. El incumplimiento de esta orden no solo puede implicar el despido sino también penas de hasta tres meses de cárcel.

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