martes, 15 de enero de 2013

La democracia según Putin


Me lo dijo una vez un ruso barbudo cargado de vodka hasta las cejas: “Los rusos necesitamos mano dura”. Y luego me explicó que en Rusia la letra con sangre entra desde los tiempos de Rurik hasta hoy, pasando por los zares, Catalina la Grande y Stalin. Putin es la enésima reencarnación del poder condensado en una sola mano, la penúltima matrioska que contenía la matrioska de Yeltsin que contenía la de Gorbachov, etc. Lo más cerca que han estado los rusos de una caricia fue cuando Kruschev se sacó el zapato en la ONU y empezó a telegrafiar en morse a zapatazos, aunque, bien mirado, tampoco la tribuna de la ONU merece que la traten mejor que a un felpudo.


Hace unos días Putin se agachó para susurrarle algo a un niño que estaba mosconeando en una misa ortodoxa y al niño se le quedó una cara clavadita a la de Solzhenitsyn recién rapado y afeitado al entrar por las puertas del Gulag. Nadie sabe exactamente qué le dijo al oído, aunque algunas teorías apuntan a que murmuró que iba a regalarle unas entradas para el próximo concierto de las Pussy Riot y un chupachups de polonio. Los líderes rusos tienen un olfato sobrehumano para detectar a los descontentos con el régimen; Putin los huele antes de que se quiten los pañales, pero por una vez decidió contemporizar. Estaba de buen humor después de circunvalar la barriga de Depardieu mediante un abrazo donde, en realidad, lo estaba midiendo para ver cuántas pellizas le sacaría.

Tengo mucha suerte de estar escribiendo esto en Madrid porque, de estar escribiéndolo en Moscú, difícilmente habría pasado del primer párrafo. En Rusia el periodismo es una profesión de alto riesgo: los periodistas sueltos de lengua suelen ser proclives a tropezar con una bala en la nuca, una enfermedad típica del país. A Anna Politkovskaya, la voz más recia y más valiente que se ha alzado contra la masacre de Chechenia, la mataron el mismo día del cumpleaños de Putin y al asesino sólo le falto envolver el cadáver con un lazo rosa.

Artículo completo: http://blogs.publico.es/davidtorres/2013/01/15/el-putinferio/

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